sábado, 27 de julio de 2013

Tragedias, superación y respeto

Sobre la tragedia de Santiago está todo dicho, al menos todo lo evidente. Las víctimas deben ser recordadas, los héroes venerados, las familias apoyadas y las causas aclaradas. Por supuesto, vaya mi apoyo a toda persona afectada directa o indirectamente por esta tragedia.

Pero este post no trata sobre eso, ni siquiera sobre esta tragedia concreta. Se trata de algo que siempre se repite en toda muerte violenta y en cada tragedia, es la aparición del morbo y el fomento de la tristeza.

Siempre, incluso en entierros o sucesos tristes que no acaban de manera tan trágica, he sido más de "adelante, fuerza" que de "era una gran persona, no somos nada". Dar apoyo es, como su propio nombre dice, dar sustento y ayuda para superar un obstáculo, y no reafirmar el dolor que están pasando el trance la pena de que su ser querido ya no está. Es totalmente válida cualquier condolencia, no digo lo contrario, lo único que critico es el hecho de que en ocasiones se trata un tema en los medios de modo que la pena quede bien enquistada. Explico:

Un suceso trágico a todos nos llena de tristeza, y mucha. Pero creo que echar más pena a la pena sólo ayuda a hundir más a quien sufre, a no dejar que su vida pueda algún día volver a una relativa normalidad. Y lo que estoy viendo en prensa, televisión y redes sociales es, en muchos casos, más cercano al morbo que al apoyo a las víctimas.

Debe informarse, por supuesto, pero una vez que ya se ha informado lo suficiente, mostrar con insistencia una y otra vez a las familias destrozadas por la muerte de aquellos a los que más querían y a los cadáveres tendidos, algunos a cara descubierta, no me parece lo más acertado. Reconozco que si alguien cercano a mí hubiera muerto, no me gustaría que al dolor de su muerte se le añadiera el dolor de ver su cadáver repetidamente y que todo un país le viera. Como tampoco me gustaría que mostraran a mi madre llorando desconsolada día tras día.

Considero que la muerte de alguien a quien quieres es algo muy personal y que cada cual lo vive de una manera diferente. Los demás no podemos hacer otra cosa que darles nuestro apoyo y ayudar en la medida de lo posible a que el mal trago sea superado. Pero, sobre todo, es importantísimo respetarles. Es algo que mucha gente pasa por alto, como pasa hasta en un entierro normal de una persona que se haya suicidado (por poner un ejemplo), que siempre hay algunos cotillas que sólo van para ver si se enteran bien de todos los detalles más macabros de cómo se suicidó, o que murmuran si no ven llorar con desgarro a los más cercanos al fallecido.

Vivimos en un mundo en el que aún parece un delito desear superar una muerte. Al igual que en muchos lugares las personas que enviuden aún quedan condenadas a guardar luto de por vida y a no disfrutar de un segundo de felicidad para los restos (porque si no los comentarios y miradas lascivas del entorno están aseguradas), a nivel global veo que no está del todo bien visto que alguien siga adelante. No sólo en cuanto a fallecimientos.

El día que yo no esté entre los vivos, preferiría que en lugar de un "lo siento" le dijeran a mis allegados un "adelante".

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