miércoles, 14 de agosto de 2013

The Shy Guy Syndrome

Toda la vida he llevado encima la etiqueta de "el tímido". Sé que no es algo tan malo, pero me puede la manera en que alguna gente nos toma por tontos. Ni somos tontos ni tenemos ningún trastorno antisocial, simplemente nos cuesta un poco más que al resto relacionarnos socialmente. Nada más.

Es cierto que la mayor parte de la culpa es nuestra, porque en ocasiones nos dejamos influir por lo que piensen los que nos rodean, pero la única solución es aceptarnos nosotros mismos tal cual somos. Si nos aceptamos a nosotros mismos, el resto nos aceptarán... Y los que no, buen viaje lleven.

En mi caso, los años de la niñez y la adolescencia no fueron fáciles, fue como soltar a un pato entre una manada de perros rabiosos. Pero siempre he pensado que los momentos difíciles son sólo lecciones que nos hacen aprender a ser más fuertes, y así ha sido.

Desde entonces, he ido progresando hasta aceptar lo que soy y enorgullecerme de ello. ¿Por qué tiene que ser algo malo? Nadie es inferior ni superior a nadie, la clave está en ser felices y vivir la vida cada cual a su manera. Los tímidos no somos aburridos ni suele gustarnos estar aislados, simplemente necesitamos más tiempo para coger la confianza que otra gente coge en segundos. Palabra de alguien a quien a veces le cuesta callar.

Necesitaba hacer un pequeño alegato a favor de los tímidos, para que ojalá algún día todos nos aceptemos y respetemos seamos como seamos.

Estas son la clase de cosas que escribo y las fotos que hago cuando tengo una fiebre del carajo. Mezclar fiebre y calores veraniegos es la combinación perfecta para delirar.



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